domingo, 21 de diciembre de 2014

Adiós Diciembre, bienvenido enero

Llegó Diciembre y con él todo lo que estas fechas traen detrás, los gorros, botas, tardes de sofá y manta (mis favoritas), el chocolate caliente con churros, de volver a ver a parte de la familia y el frío, en definitiva es una época muy dulce, y también es hora de mirar atrás y ver que te ha aportado el año.
Este año yo podría definirlo en dos frases: "Las apariencias engañan." y "La gloria se consigue luchando." . Tengo muy claro que este no ha sido mi mejor año ni mucho menos, pero si podría decirse que es del que más he aprendido y me he dado cuenta que nada es lo que parece, que desgraciadamente el interés mueve más que los sentimientos y que de golpes se aprende. 

Desde hace unos años estas fechas no las disfruto tanto como antes, los huecos de en la mesa pesan bastante y veo inevitable no pensar durante la cena que faltan esos canapés que siempre preparaba mi tía o lo que mi abuelo hubiese contestado a las gracias de mi primo o simplemente cuantos años tendría mi prima en esos momentos y lo que disfrutaríamos juntas arreglándonos. Ya han pasado bastantes años desde que hay estos huecos en la mesa y se que inevitablemente con el tiempo serán más se que es ley de vida y por ello y por ellos he aprendido que hay que vivir "momento a momento" y disfrutar es lo querrían.

Dejando a un lado la parte triste de estas fechas, también hay cosas que me encantan, el llegar a casa de mi abuela y que nos empiece a todos los nietos a tirar fichas de porque aun no tenemos novi@, como ella nos dice " Con lo buenos mozos y mujercitas que estáis hechos y que desaprovechados estáis." y se va, este momento es muy top y lo adoro. También está el momento de hacer mazapán, de pringarse y de inventarse mil figuritas y de ponernos las botas y comernos la mitad durante el proceso ( Una pena que este año no haber estado, espero que me hayan dejado algo). Luego están las cenas en casa de mis otros abuelos, allí no te pringas tanto al hacer la cena, pero no se como mi abuela tiene mil clases de dulces y salados que al final te quedas encajada en la puerta y ni pasar puedes ( Una vez al año no hace daño ;) ), después de cenar no se como pero acabamos mis primos y yo jugando al monopoly de nuestros padres y picándonos con el GTA ( no se como pero acabamos con las PSP's y el GTA ) que por cierto no se me da nada mal.

También están los regalos de navidad, aunque esto perdió toda la gracia cuando descubrí el secreto, aunque también tenía sus ventajas elegía lo que realmente quería y los Reyes y Papá Noel  siempre acertaban.Luego está la lotería esa que nunca me tocará pero que siempre juego por "si es mi año" y nunca lo es pero bueno la ilusión está ahí, y todo hay que decirlo me encanta ver entero el sorteo e ir comprobando número a número a ver si el que sale está entre los míos, aunque nunca llego a aguantar mirando todos los números el sorteo entero, cuando sale el 'gordo' veo que no es el mío y ya pierde la gracia.

Son muchas las cosas que hacen que mi navidad haya perdido parte de su magia, pero la niña que aun hay en mi no puede evitar necesitar ese poquito de magia que hace que cada fin de año sea especial, y que me da fuerza para comenzar el siguiente año con nuevas metas y propósitos que cumplir, yo ya tengo dos uno evidentemente el típico el ejercicio que lo voy a necesitar y el otro disfrutar. Y hasta aquí ya no me extiendo más. 

  

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